Hace un par de semanas tuve una experiencia desastrosa intentando hacer una compra, sólo os digo que salí de allí sin comprar nada y con la idea de no volver. Esto sumado a que estoy leyendo un libro estos días del que os hablaré más adelante, me ha hecho hacer una reflexión sobre el tema del que os hablo hoy, y es del trato que recibimos cuando compramos cosmética.
Llevo siendo compradora de maquillaje y cosmética desde los 15 años, cuando mi madre me compró una paletita de sombras, una máscara de pestañas y un gloss por primera vez. Cuando ahorraba algo de dinero, de los múltiples mini empleos que tenía, me encantaba pasar media tarde en los stands de maquillaje decidiéndome por algo que fuese realmente especial.
Durante todos estos años me he encontrado con infinidad de vendedoras de todo tipo. Antes de nada decir que en general me suelo sentir bastante bien tratada pero, de un tiempo a esta parte, me da la sensación de que las maquilladoras-dependientas cada vez tratan peor a sus clientas. Se también (que no se enfade nadie), por haberme encontrado al otro lado (como vendedora), que hay clientas groseras y maleducadas que no se merecen la atención que reciben. Pero hoy me voy a poner en la piel de la clienta.
Cuantas veces me ha pasado que una dependienta me diga lo mal, seca y deshidratada que tengo la piel, y yo molesta, tenerle que contestar que para eso estoy allí, para resolver mi problema. Si alguien os trata de esa manera, os "saca" todas vuestras imperfecciones en el primer trato que tenéis con ella, no lo toleréis y marchaos a otro sitio. Es mi recomendación porque esta dependienta lo único que va a conseguir es que acabemos llevándonos una tonelada de productos y encima salgamos con nuestra estima por los suelos.
Otro tipo de dependienta es la que no nos hace ni caso, es decir, que enseguida nos da largas porque probablemente no obtenga ninguna comisión con las ventas. Mi recomendación es que se lo digáis a la encargada de la tienda, no tengáis reparo. Si yo tuviese una tienda física exigiría a mis dependientas un trato adecuado y si no lo proporcionan me gustaría que mis clientas me lo comunicasen. Es la única forma en la que un negocio puede salir adelante.
Si por el contrario, la dependienta que nos ofrece su ayuda nos dice algún cumplido al conocernos, nos hace sentir cómodas sin hacernos creer que necesitamos media tienda para resolver nuestra necesidad, fiaros de ella y de sus consejos porque tendréis posibilidades de acertar.
Con todo esto no quiero generalizar pero es hora de que no compremos lo primero que nos venden y que nos asesoren adecuadamente.
Espero que este pequeño post os resulte interesante y que me comentéis cómo os soléis sentir cuando vais a comprar cosmética.
¡Un abrazo!